Existen muchos acabados para la piedra natural dependiendo del aspecto final que queramos darle a esta. Uno de los acabados más comunes es el flameado. ¿Quieres saber qué es y cuándo es mejor hacerlo? Te lo contamos en este post.

¿Qué es el flameado?

El flameado es el proceso que se lleva a cabo con el objetivo de conseguir una superficie rugosa con relieve y de aspecto vitrificado. Se puede emplear para que el granito pueda ser empleado en suelos, encimeras o, incluso, fachadas. Dependiendo de dónde se emplee y el factor estético que se busque el proceso de flameado estará seguido de uno de pulido o no.

Para conseguir este acabado lo primero que debes saber es que todo el proceso se realiza a altas temperaturas y que, generalmente, la piedra natural empleada para ello es el granito.

¿Cómo es el proceso de flameado?

Lo primero que tenemos que tener son las piezas de granito ya cortadas en el tamaño que necesitemos utilizar. Una vez ya tengan el tamaño idóneo, las piezas se llevarán a un habitáculo cerrado en el que se aplicará todo el tratamiento.

Este tratamiento consiste en enfocar sobre la pieza en sí una llama que se encuentra a una temperatura de 2500º mediante mecheros de oxiacetileno. Para aplicar esta llama, debe hacerse con un ángulo de 45º y siempre de manera horizontal. Gracias a esto se consigue un choque térmico que hará que se vayan desprendiendo pequeñas partes del granito, dicho de otra manera, se consigue que el granito se decrepite para que se desprendan esquirlas y lajillas. Todo este proceso será el que le otorgue al granito ese aspecto de rugosidad que se buscaba.

Una vez se ha acabado este proceso, la pieza sale del habitáculo y recibe un chorro de agua fría con el fin de bajar la temperatura y dejar limpia la pieza de posibles restos. Una vez la pieza está fría, ya se puede proceder a alisar más la pieza con un rodillo si se quiere un aspecto más liso o dejarlo tal y como está si lo que se pretendía era un aspecto muy rugoso.

¿Se puede aplicar el flameado sobre todo tipo de granitos?

La respuesta es depende. Lo ideal es hacerlo sobre aquellos que tengan como mínimo 1,5 cm de grosor. En cuanto al tipo de granito que mejor flamea, son todos aquellos que tienen más cuarzo.

Como ves, este es otro de los procesos que se pueden llevar a cabo para tratar el granito y conseguir el aspecto deseado. Cabe mencionar que con el flameado no se modifica el color del granito, así como tampoco aparecen manchas que nos indiquen que el proceso de flameado se ha llevado a cabo.